Hace un tiempo se creía que el huevo podía aumentar los niveles de colesterol y causar enfermedades cardiovasculares. Sin embargo esto cambió, y actualmente se sabe que el huevo es una proteína de muy buena calidad, rico en grasas saludables y colesterol, pero que no afecta los niveles de colesterol sanguíneo de forma significativa. Son las grasas saturadas que provienen de alimentos de origen animal o grasas vegetales derivadas del coco, la palma y el alpiste las principales responsables de las alteraciones lipídicas y el aumento del riesgo de arteriosclerosis.
Puedes incorporar el huevo en el desayuno, almuerzo o cena, en preparaciones como omelet, budín, tortillas, merengue sin azúcar, etc., pero siempre teniendo en cuenta que no sea frito, ya que no es la mejor manera de incorporarlo a la dieta.